Es preciso enseñar a utilizar las TIC como herramientas de relación social eficiente. Hoy en día podemos participar en colectivos-comunidades reales y virtuales a la vez, y de esta manera podemos ampliar nuestros vínculos y relaciones sociales. Entiendo que al igual que sucedió con otras tecnologías en épocas pasadas la sociedad debe aprender a manejarlas. Creo que la sociedad de la información y la III Revolución Tecnológica permiten la universalización del conocimiento, en igual medida o incluso más, que la aparición de la imprenta. Pensemos que en el siglo XV la imprenta permitió la universalización social en el acceso al conocimiento escrito, antes estaba confinado en los monasterios y en la Iglesia como institución. El origen de la universidad está precisamente en estas instituciones religiosas que se ocuparon de cuidar el conocimiento heredado de culturas prominentes como Grecia, Roma o el mundo árabe. La universidad actual está en proceso de cambio y transformación pero no cabe duda de que le corresponde un papel de nicho de conocimiento y vanguardia de la investigación. Acaso no son las universidades las instituciones más avanzadas en la gestión, producción, de información y conocimiento avanzado. Pensemos que las universidades son los altos hornos de la III Revolución Tecnológica (Castells, 2005). Ahora bien, estoy de acuerdo con la afirmación de que la competencia ahora y en el futuro será muy grande porque surgirán ofertas amplias y variadas de instituciones de formación e investigación que captarán recursos. Hoy en día corresponde a las universidades públicas asegurar el acceso social universal al conocimiento superior, evitando las desigualdades y marginaciones. Otra cosa distinta es entender la universidad como un negocio privado, que entiendo que lícito, no debe ser penalizado pero si controlado para precisamente evitar el elitismo exacerbado. Creo que la sociedad del conocimiento debe innovar en sistemas de evaluación de calidad.
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